Los reyes de Israel fueron una serie de monarcas que gobernaron el antiguo reino de Israel desde aproximadamente el siglo X a.C. hasta el siglo VIII a.C. El período monárquico de Israel está documentado en la Biblia hebrea en los libros de 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes y 1 y 2 Crónicas.
Los primeros reyes de Israel fueron Saúl, quien fue ungido rey por el profeta Samuel en el siglo XI a.C., y David, quien sucedió a Saúl después de su muerte. David es considerado uno de los reyes más famosos de Israel y fue el responsable de establecer Jerusalén como la capital del reino. Su hijo Salomón fue otro rey destacado, conocido por su sabiduría y por construir el Templo de Jerusalén.
Sin embargo, después de la muerte de Salomón, el reino se dividió en dos: Israel al norte y Judá al sur. Mientras que Judá mantuvo la línea davídica de reyes, el reino de Israel vio una sucesión de reyes con frecuentes conflictos, intrigas y corrupción. Algunos reyes notables de Israel incluyen a Jeroboam I, quien lideró la separación del reino, y Acab, bajo cuyo reinado se produjo un conflicto importante con el profeta Elías.
El reino de Israel llegó a su fin en el siglo VIII a.C. cuando fue conquistado por el imperio asirio. La conquista asiria resultó en el exilio de muchas personas del reino y en la pérdida de identidad nacional. El reino de Judá siguió existiendo como un estado vassallo bajo el control asirio hasta su caída en el año 586 a.C. a manos de los babilonios.
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